La cosecha de las diferentes uvas la realizamos en forma manual en horas de la mañana priorizando las bajas temperaturas. Hacemos una primera selección en el viñedo y luego las uvas son trasladadas a la bodega los más rápido posible para proteger su integridad.

Una vez en la bodega, el objetivo es realizar la menor intervención posible en los mostos cuidando cada detalle, para que nuestros vinos sean una auténtica expresión de su terroir.

En el caso de los vinos blancos, realizamos una maceración previa a baja temperatura, un prensado a baja presión en prensa neumática y luego una fermentación lenta a temperatura controlada. En el caso de los tintos, para una perfecta extracción de todos los compuestos polifenólicos, utilizamos la técnica del “doble delestage diario”, con una fermentación en vasijas de cemento y una maceración prolongada que nos da un intenso color y una gran concentración en boca sin perder la frescura.

Luego, el proceso de elaboración continúa con una guarda en barricas de roble francés y americano con diferentes estadios de tiempo a temperatura y humedad controladas. Además, para mantener la expresión aromática y textura en boca, no clarificamos nuestros vinos y realizamos una filtración muy poco invasiva.

Al final del proceso, nuestros vinos adquieren el equilibrio y la elegancia característicos de nuestro estilo con una estancia en botellas conservadas en nuestra cava subterránea.